10 de Mayo de 2022
Juan 10:22-30
22Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno.23Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón.24Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.»25Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí;26pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas.27Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.28Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.29El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre.30Yo y el Padre somos uno.»