Oración del 13 de Octubre de 2024

13 de Octubre de 2024

ESCUCHAR ORACIÓN : 

  • Reflexión del Padre Ricardo Catete
  • Música:
  • Nuestra
     

    Lectura del Libro de la Sabiduría 7, 7-11

     

    Supliqué y me fue dada la prudencia,
    invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría.

    La preferí a cetros y tronos
    y a su lado en nada tuve la riqueza.

    No la equiparé a la piedra más preciosa,
    porque todo el oro ante ella es un poco de arena
    y junto a ella la plata es como el barro.

    La quise más que a la salud y la belleza
    y la preferí a la misma luz,
    porque su resplandor no tiene ocaso.
    Con ella me vinieron todos los bienes juntos,
    tiene en sus manos riquezas incontables.

     

    Salmo

    Sal. 89, 12-13. 14-15. 16-17 R: Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres

     

    Enséñanos a calcular nuestros años,
    para que adquiramos un corazón sensato.
    Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
    Ten compasión de tus siervos. R/.

    Por la mañana sácianos de tu misericordia,
    y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
    Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
    por los años en que sufrimos desdichas. R/.

    Que tus siervos vean tu acción,
    y sus hijos tu gloria.
    Baje a nosotros la bondad del Señor
    y haga prósperas las obras de nuestras manos.
    Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

     

    Segunda lectura

    Lectura de la carta a los Hebreos 4, 12-13

     

    Hermanos:

    La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
    Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.

     

    Evangelio del día

    Lectura del santo Evangelio según San Marcos 10, 17-30

     

    En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
    «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».

    Jesús le contestó:
    «¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».

    Él replicó:
    «Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».

    Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
    «Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
    A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.

    Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
    «¡Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».

    Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
    «Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».

    Ellos se espantaron y comentaban:
    «Entonces, ¿quién puede salvarse?».

    Jesús se les quedó mirando y les dijo:
    «Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».

    Pedro se puso a decirle:
    «Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido».

    Jesús dijo:
    «En verdad os digo que no hay nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, que no reciba ahora, en este tiempo, cien veces más —casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones— y en la edad futura, vida eterna».

     

Dejar un comentario

Anawin

GRATIS
VER