Oración 18 de Agosto
Reflexión: PADRE RODRIGO
Quédate Señor
Color: Verde
Santos:
Lecturas del día:
Josué 24:1-13
1Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, llamó a los ancianos de Israel, a sus jefes, jueces y escribas que se situaron en presencia de Dios.2Josué dijo a todo el pueblo: «Esto dice Yahveh el Dios de Israel: Al otro lado del Río habitaban antaño vuestros padres, Téraj, padre de Abraham y de Najor, y servían a otros dioses.3Yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del Río y le hice recorrer toda la tierra de Canaán, multipliqué su descendencia y le di por hijo a Isaac.4A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír. Jacob y sus hijos bajaron a Egipto.5Envié después a Moisés y Aarón y herí a Egipto con los prodigios que obré en medio de él. Luego os saqué de allí.6Saqué a vuestros padres de Egipto y llegasteis al mar; los egipcios persiguieron a vuestros padres con los carros y sus guerreros hasta el mar de Suf.7Clamaron entonces a Yahveh, el cual tendió unas densas nieblas entre vosotros y los egipcios, e hizo volver sobre ellos el mar, que los cubrió. Visteis con vuestros propios ojos lo que hice con Egipto; luego habitasteis largo tiempo en el desierto.8Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los entregué en vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los exterminé delante de vosotros.9Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera.10Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo que bendeciros; así os salvé yo de su mano.11«Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los entregué en vuestras manos.12Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu arco.13Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares que no habéis plantado y de las que os alimentáis.
Salmo 136:1-3, 16-18, 21-22, 24
1¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!2Dad gracias al Dios de los dioses, porque es eterno su amor;3dad gracias al Señor de los señores, porque es eterno su amor.16Guió a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor;17hirió a grandes reyes, porque es eterno su amor;18y dio muerte a reyes poderosos, porque es eterno su amor;21Y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor;22en herencia a su siervo Israel, porque es eterno su amor.24y nos libró de nuestros adversarios, porque es eterno su amor.
Mateo 19:3-12
3Y se le acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, le dijeron: «¿Puede uno repudiar a su mujer por un motivo cualquiera?»4El respondió: «¿No habéis leído que el Creador, desde el comienzo, los hizo varón y hembra,5y que dijo: Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne?6De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.»7Dícenle: «Pues ¿por qué Moisés prescribió dar acta de divorcio y repudiarla?»8Díceles: «Moisés, teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón, os permitió repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así.9Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer – no por fornicación – y se case con otra, comete adulterio.»10Dícenle sus discípulos: «Si tal es la condición del hombre respecto de su mujer, no trae cuenta casarse.»11Pero él les dijo: «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido.12Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda.»